Existen distintos tipos:
Crisis focales: Son aquéllas que comienzan con alteración de la actividad eléctrica en una parte determinada del cerebro que luego puede propagarse a otras regiones e incluso a la totalidad. Durante las mismas, la persona puede perder o no la conciencia.
Crisis generalizadas: Son aquéllas que comprometen de manera rápida y desde el inicio la actividad eléctrica de gran parte o de todo el cerebro. Las más comunes son:
• Crisis tónico clónicas generalizadas: Se presentan con pérdida de conciencia y movimientos bruscos con rigidez y sacudidas de los cuatro miembros. Luego del episodio, la persona recupera lentamente la conciencia.
• Ausencias: La persona permanece quieta con la mirada fija por pocos segundos para luego recuperarse rápidamente.
• Mioclonías: son movimientos bruscos y breves del cuerpo, similares a una reacción de susto, habitualmente sin compromiso de la conciencia.
Al igual que las crisis, sus síntomas también pueden ser muy variados dependiendo en que zona del cerebro se originen y pueden incluir: movimientos involuntarios, posturas anormales, hormigueos, luces de colores, sensaciones a nivel abdominal o alucinaciones. Cuando existe compromiso de conciencia la persona puede permanecer con mirada fija, sin responder a órdenes e incluso mover la cabeza o realizar movimientos repetitivos automáticos con la boca o las manos.
Ante la aparición de estos síntomas o dudas sobre la posibilidad de tener epilepsia, es de suma importancia consultar con un especialista y establecer el correcto diagnóstico para determinar el tratamiento adecuado, ya que hay varios como la medicación, la cirugía, la dieta cetogénica o la estimulación del nervio vago que pueden ayudar al paciente a recuperar su calidad de vida.
Fuente INEBA
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