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Kilos, estrés y ansiedad: el lado B de las Fiestas

La contra cara de los festejos, que podría diferenciarse en

Compartimos la Nota de Infobae del  25 de diciembre de 2017 realizada al Dr.  Hernán Provera, jefe del Departamento de Riesgo Cardiovascular de Ineba. 


Navidad y Año Nuevo son festividades que están instaladas en la vida social y cultural. Traspasan religiones y creencias y se convirtieron en una época de reunión con los afectos, brindis y celebración. Pero existe una contracara de los festejos, que podría diferenciarse en "lo que dejan" a nivel físico y mental/emocional.


En la Argentina, según cifras del Ministerio de Salud de la Nación, la mortalidad por enfermedades del corazón -que comprende las enfermedades hipertensivas, las isquémicas del corazón, la insuficiencia cardíaca y las restantes patologías cardíacas- provoca la muerte de una persona cada siete minutos.


Durante las últimas semanas del año se disparan de forma considerable los casos de hipertensión arterial, el aumento del colesterol y la obesidad, aumentando la cantidad de eventos cardiovasculares, consecuencia de la conjunción de algunos factores como postergación y/o demora en la consulta médica, olvidos en la toma de la medicación habitual, excesos en la alimentación y aspectos emocionales.

Las largas semanas de comidas copiosas no tardan en pasar factura. Y no sólo -aunque sobre todo- para aquellas personas susceptibles como son los pacientes con factores de riesgo o con enfermedades cardiovasculares, sino también para quienes postergan el cuidado de su salud "para después de las Fiestas".


"Además del cansancio físico, a nivel psicológico en esta época del año entran en escena las emociones. La llegada de fin de año es percibida por muchos como un cierre de ciclo y una evaluación de las metas alcanzadas y de aquellas que no se lograron. Es en función de estos balances el grado de satisfacción o frustración que experimentamos, aumentando, en algunos casos, nuestros niveles de estrés y de ansiedad". Así lo explicó el médico cardiólogo Hernán Provera, jefe del Departamento de Riesgo Cardiovascular del Instituto de Neurociencias Buenos Aires(Ineba).

Pero la realidad es que el espíritu festivo afecta a todos de una manera diferente. A muchos Navidad y Año Nuevo le generan una gran alegría y entusiasmo aunque para otros es motivo de nostalgia y depresión.


En ese sentido, el director de Psiquiatría y Salud Mental de Ineba, Horacio Vommaro, destacó: "Las Fiestas son vivenciadas de manera diferente por cada familia y por cada uno de sus integrantes. Pueden surgir reacciones diversas y las consultas más frecuentes en estas fechas en el ámbito de la salud mental tienen que ver con alteraciones somáticas, fatiga, tristeza, ansiedad y trastornos del sueño. La mayoría de las consultas en esta época se polarizan en situaciones de excesos o carencia".


"Debemos respetar los sentimientos de cada uno, dado que los mismos son de carácter circunstancial y de índole personal. No hay mejor manera de celebrar que tratar de gozar de la compañía de aquellos seres queridos; tratando en lo posible de reducir este vertiginoso ritmo de vida que llevamos muchos de nosotros y aprovechar esta oportunidad para tomarnos un tiempo para el relax y el disfrute", sostuvo Provera, en tanto Vommaro remarcó: "En esta época del año se actualizan patologías de desamparo y desvalimiento fundamentalmente cuando el trauma fue provocado en el seno familiar En muchas de estas situaciones la familia no puede ser continente, más si ha sido parte, y entonces se trata de ayudar a encontrar una respuesta que sirva de soporte y que contribuya a generar una red vincular reparadora".


Navidad + Año Nuevo = ¿cinco kilos de más?


"Los buenos hábitos alimentarios y de actividad física se deben mantener durante todo el año, incluso entre los festejos de fin de año. Si no se respetan las costumbres saludables y la realización de actividad física, además de no controlar lo que se come y se toma en estas dos semanas del año se pueden aumentar entre cuatro y cinco kilos sin darnos cuenta". Así de contundente fue la licenciada en Nutrición, Teresa Cóccaro, del mismo instituto.

Sin embargo, hay maneras de disfrutar de los festejos de diciembre y evitar, al mismo tiempo, que las calorías extras se acumulen en el cuerpo.

"Más allá de las reuniones y celebraciones, no se debe abandonar la rutina saludable y aeróbica. Podemos permitirnos comer un poco menos saludable los días 24 y 25 y también el 31 y el 1, e incluso en alguna despedida de año que surja entremedio, pero debemos volver a encauzar la dieta y el ejercicio inmediatamente luego de las fiestas, porque como se dice en nutrición, la rutina ordena", agregó Cóccaro, quien brindó una serie de recomendaciones de cara a hacer frente a la tentación sin fracasar en el intento.


Las horas previas:


– Realizar cuatro comidas y dos colaciones, siendo las ingestas anteriores a los grandes banquetes, lo más saludable posible.

– Incluir frutas, verduras, lácteos descremados, clara de huevo y gelatina diet el día previo y hasta llegar al festejo.

– Hidratarse bien: tomar abundante agua para limpiar y eliminar toxinas.

Una vez en el evento:


– No repetir el plato; servirse una sola vez.

– De las entradas típicas como tomates rellenos, pionono y vittel toné, elegir sólo una y acompañar con ensalada de vegetales de hoja verde. Algunas opciones saludables que podrían usarse en reemplazo son: rollitos de jamón o pastrón con melón, brochetas de vegetales asados, tomates rellenos diet (utilizando la pulpa de tomate, atún al natural, mayonesa light y huevo; evitando el agregado de arroz), pionono diet (untado con queso untable diet y relleno de atún al natural, tomate, morrón, aceitunas fileteadas). Una clave: Evitar los snacks tipo copetín.

– Acompañar las carnes -pollo, lechón, pescado- con ensaladas frescas (que dan mucha saciedad y aportan muy pocas calorías) y sólo servirse en un cuarto del plato (tres cucharadas soperas) los acompañamientos más calóricos como papa con huevo y ensalada rusa).

– A las carnes, elegirlas lo más magras posible (vacío, tapa de asado, pechuga de pollo, filet, salmón) y evitar todo lo que sean vísceras; aunque si se quieren dar un gustito se pueden elegir en poca cantidad y teniendo en cuenta que la que menos aporta calorías es el riñón (se debe tener muchísimo cuidado con mollejas y seso que aportan gran contenido calórico y graso).

– Que la mesa presente gran variedad de ensaladas: cuanto más variada sea y más variedad de color, mejor es el aporte de vitaminas y minerales, sumando que aportan fibra que da mucha saciedad. Son las grandes aliadas de las Fiestas.

– Evitar el pan. Dejarlo sólo para el desayuno y la merienda, como se indica en un plan saludable.

– Una vez terminada la cena y hasta el brindis se recomienda alejarse de la mesa para no picotear.

– En cuanto a las bebidas, elegir bebidas dietéticas, agua, soda o jugos dietéticos. Controlar la ingesta de alcohol (una copa de vino acompañando la comida y otra copa para el brindis). El alcohol aporta calorías vacías que se fijan como grasa. De menor a mayor aporte calórico y graduación alcohólica se pueden enumerar: cerveza sin alcohol, sidra y cerveza, vino y champagne, jerez; y licores, fernet y tragos dulces.

– Para el postre la ensalada de fruta sin azúcar es lo ideal; a la cual se le puede sumar una bocha de helado a elección sea de crema o de agua.

– Al momento de la mesa dulce, lo recomendable es servirse en un plato de postre cinco dulces de preferencia (una porción de budín, una porción de pan dulce, tres cuadraditos de turrón o mantecol, un puñado de frutas secas o recubiertas con chocolate, pasas de uva).

– Realizar actividad física durante el evento: caminar, bailar.


En síntesis, se trata de dos semanas en las que nos permitimos casi todo: comer y beber más de la cuenta, evitar el gimnasio y dormir menos de lo habitual. La parte menos positiva es que ninguna de esas rutinas es aliada de la salud. Por eso, aunque se hagan algunas excepciones, lo recomendable es no olvidarse de cuidarse procurando seguir una serie de sencillas pautas.

Desde lo orgánico:

-Disfrutar de las comidas con moderación

-Continuar con el uso habitual de la medicación

-Controlar el consumo de azúcares

-Moderar el consumo de alcohol

-Usar menos sal

-No fumar

-Hacer ejercicio

-Procurar dormir bien

-Estar atento a las expresiones del cuerpo (síntomas)

Desde lo mental:

-No caer en los excesos o en los sentimientos de carencia

-No dejarnos llevar por la lógica del consumo que rige la época

-Evitar caer en el dilema de con quién pasar las Fiestas y los conflictos que estas decisiones acarrean

Una clave común tanto a la salud del corazón como a la del cerebro es no excederse, en ningún aspecto. Cuerpo y mente lo agradecerán.




Fuente: https://www.infobae.com/salud/2017/12/25/kilos-de-mas-estres-y-ansiedad-el-lado-b-de-las-fiestas-de-fin-de-ano/ 

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